viernes, 23 de abril de 2010

UNA NOCHE FRÍA

Caminando por senderos desconocidos en busca de algo que no estoy seguro de querer encontrar, tropiezo con almas vagas y sin sentido de orientación alguno, me detengo, medito por un segundo en aquellas almas y me pregunto si algún día tendrán la fuerza de alcanzar sus destinos, pero por mas grande que sea mi voluntad por ayudarlos y por más pequeña que sea el espíritu interior de estos inertes cuerpos carentes de paz y tranquilidad, solo me queda una cosa por creer; todo depende de ellos mismos.

El frió es tan fuerte que penetra por mi piel y llega hasta los huesos. No siento mis manos, aún estoy vivo? Si aun lo estoy, lo sé porque todavía puedo escuchar mis pensamientos. Veo algo a lo lejos, que es? No puedo definirlo con claridad, este espectro se desvanece y cambia de forma con mucha facilidad. Que le sucede a mis parpados? Maldición! Ahora no! no me abandonen ojos los necesito para ver contra que me estoy enfrentando, mis ojos no responden y al parecer estoy indefenso.

Ven a mi malvado espectro, no te tengo miedo, es la última palabra que podré pronunciar esta noche, puesto que mis pulmones ya no tienen aire, siento una sombra amorfa que se aproxima, con lo poco del sentido auditivo que aún preservo percibo una voz que penetra suavemente a través de mi sentido auditivo… sabes que soy? No, que eres? Soy tu propia sombra, el principio y final de todos tus miedos y pesadillas, así como también la ausencia de tus más grandes y hermosas emociones.

Ahora sé lo que andaba buscando, y ahora estoy seguro de que nunca debí encontrarlo. Maldito lado oscuro!!! Quisiera no tenerte, pero sé que no hay forma en la que pueda hacerte ir de mi, te acepto, pero con una condición:  de ser yo quien te controle.

0 comentarios:

Publicar un comentario