viernes, 2 de agosto de 2013

AMORES DE VERANO

Todo comenzó aquella vez, un día de universidad cualquiera, un salón de clases como cualquier otro,  una tarde de verano con hermosos y cálidos rayos de sol que penetraban a través de la ventana y nos alcanzaban con la misma delicadeza con que una madre primeriza toca a su bebe recién nacido. 
Era la misma monotonía, algo habitual, personas llegaban, personas
salían, personas hablaban, pero yo; Yo solo callaba, solo callaba y observaba, es lógico que no hablara, es lógico que me haya mantenido en silencio, pues lo que había en ese lugar no me despertaba la menor inquietud de hablar o conocer a alguno de los individuos que estaban allí. 
De repente llegaste tu y algo sucedió que rompió completamente con mi
quietud, al menos con mi quietud interna! Sentí la necesidad de abordarte y preguntarte que donde habías estado toda mi vida!? De preguntarte; porque te habías ocultado de mi durante todo este tiempo!? De cuestionarte cada segundo que habías vivido hasta ese momento lejos de mi sin haberme dado la oportunidad de conocerte!? Pero no podía hacerlo, debía mostrarme sereno, tranquilo, interesante y nunca desesperado o muy interesado, y aunque mis emociones decían; vamos ve y conocerte, mi mente decía; tranquilo a su debido tiempo.
Ese mismo escenario se repitió durante muchas tardes de aquel verano, bueno al menos durante todas las tardes en las que yo sentado paciente e inalterable en mi esquina de siempre te veía llegar. Tu entrada a aquel salón despertaba algo en mí que no podría definir en la brevedad de este cuento. verte llegar así tan hermosa y elegante; pero sencilla y simpática me hacia olvidar absolutamente todo y solo concentrarme en ese rostro tan inocente y carismático que me envolvía de una forma tal que simplemente jamás olvidare...

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